FLORA Y VEGETACIÓN
La comunidad vegetal más representativa del espacio huertano es la vegetación de ribera, asociada a los márgenes del río Segura y a todo el sistema de riego. En condiciones naturales, sin la intervención humana, esta comunidad estaría constituida por formaciones ar- bóreas de caducifolios y plantas graminoides estructuradas de forma paralela al cauce del río (Ríos y Alcaraz 1996).
La primera banda de vegetación la formaría un carrizalaneal, compuesta por plantas herbáceas, de hasta 4m de altura, de tipo graminoide y junciformes, como carrizos (Phragmites australis), aneas (Typha dominguensis, T. angustifolia), juncos (Scirpus holos- choenus, Juncus acutus), lirios de agua (Iris pseudoachorus), entre otras plantas. Una segunda banda de vegetación, que a veces se aleja varios kilómetros del cauce, estaría integrada por una alameda constituida por álamos (Populus alba), tarays (Tamarix sp. pl.), adelfas (Nerium oleander), palmeras (Phoenix sp.) y plantas lianoides (Lonicera bi ora y Rubus ulmifolius).
En las ramblas y acequias, donde la circulación del agua es temporal o queda reducida a un pequeño hilillo central, se presentan los carrizales de carrizo (Phragmites australis), de estructura similar a los cañaverales, capaces de tolerar cierta salinidad.
Asociada a los cultivos y a la presencia de actividades humanas, se han desarrollado comunidades vegetales donde crecen con rapidez, y en gran número, especies oportunistas, muchas de ellas introducidas (alóctonas) y naturalizadas, que aprovechan los suelos ricos en nutrientes y que, en ocasiones, constituyen auténticas plagas difíciles o imposibles de erradicar. Una de las especies más característica de la huerta es el vinagrillo (Oxalis pes-caprae), que llega a tapizar los bancales de cítricos.
En suelos salinos nitrificados, habituales en los terrenos industriales y determinados campos de cultivo abandonados, abundan los matorrales altos y densos de salaos (Atriplex hali- mus) con morsana (Zigophyllum fabago). En cultivos abandonados y algunas cunetas es frecuente el hinojo (Foeniculum vulgare); mientras que en los márgenes de los caminos abundan los herbazales de trigueras (Pipthaterum miliaceum).
Hay otras formaciones vegetales, entre cultivadas y naturalizadas, como los grupos de paleras o chumberas (Opuntia maxima) y piteras (Agave americana), favorecidas por sus frutos y por su capacidad de sujeción del sustrato, respectivamente. Ambas proceden de Centroamérica. Junto a las casas y otros elementos construidos, son frecuentas pequeñas formaciones arbóreas entre las que se encuentran encinas, pinos, palmeras y almeces.
FAUNA
Las aves constituyen el grupo faunístico de vertebrados más representativo y variado de la huerta (Fig. 41). Los cultivos arbóreos albergan una comunidad integrada por mirlo o merla (Turdus merula), ruiseñor (Luscinia megarhynchos), cacildranes (Lanius meridionalis), petirrojos (Erithacus rubecula), zorzal (Turdus philomelos), gorrión (Passer domesticus), verdecillo (Serinus serinus), verderón común (Carduelis chloris), curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala), jil- guero (Carduelis carduelis),… La compleja red de acequias y las balsas de riego son de gran interés para aves acuáticas, como zampullín chico (Tachybaptus ru collis) y cigüeñuela (Himan- topus himantopus). La espesa masa de carrizos y cañaverales que se extienden a la orilla de los ríos y acequias constituye el hábitat ideal para carriceros (Acrocephalus scirpaceus) y estorni- nos (Sturnus vulgaris). El bosque de ribera es el hábitat característico de garzas (Ardea cinerea), garcetas (Egretta garzetta) y garcillas (Bubulcus ibis). Y, en las antiguas casas de la huerta, se refugia la lechuza común (Tyto alba).
Las acequias albergaban, hasta hace unas décadas barbos (Barbus barbus), anguilas (Anguilla anguilla) y varias especies de gran interés cientí co, como el fartet (Apha- nius Iberus) y el cacho (Leuciscus pyrenaicus). Otra especie, el charrete o pejerrey (Atherina boyeri), habitualmente marina, remontaba el curso del río hasta llegar a las acequias.
Entre los mamíferos presentes en la huerta hay nutria (Lutra lutra), musaraña (Crocidura russula), murciélago (Pipistrellus pipistrellus) y erizo común (Erinaceus europaeus). También aparecen reptiles: galápago leproso (Mauremys caspica), salamanquesas (Tarentola mauri- tanica, Hemidactylus turcicus), culebra de agua (Natrix maura y N. natrix), culebra bastarda (Mampolon monspessulanus)…; y anfibios: rana verde común (Rana perezi), sapo corredor (Bufo calamita), sapo común (Bufo bufo)… En los ambientes más húmedos y ricos en materia orgánica se localiza culebra ciega (Blanus cinereus), un reptil con características intermedias entre lagarto y serpiente.
En las sierras que delimitan el valle aparecen especies de aves, como halcón peregrino (Falco peregrinus), águila real (Aquila chrysaetos), aguililla calzada (Hieraaetus pennatus), búho real (Bubo bubo), chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax) y águila-azor perdicera (Hieraetus fasciatus). Todas ellas son vulnerables (según categorías UICN), excepto la última que está catalogada como en peligro de extinción.
Información: «Huerta de Murcia. Hacia un sistema agropolitano sostenible y resiliente» de José M. Egea Fernández y José M. Egea Sánchez